Las empresas que quieren desarrollar una app han de tener en cuenta una serie de cuestiones, que van más allá de lo técnico. Aquí te explicamos todo lo que tienes que saber.
Consejos para empresas que vayan a desarrollar una app
A una empresa desarrolladora de software se le suponen los conocimientos técnicos para desarrollar una app. Pero, además del «qué» y el «cómo», hay que saber «para qué» se utilizarán las apps. Y siempre (siempre) es preferible contar con la participación de profesionales que te puedan ayudar durante el proceso.
El proceso de desarrollo de una app tiene que ser bidireccional. Por un lado, los profesionales que se encargarán de hacer realidad el proyecto. Y, por otra parte, la empresa que solicita el proyecto, teniendo en cuenta una serie de ítems. A veces, será la empresa desarrolladora la que se encargará todo el trabajo, mientras que, en otras, quien encargue la app tendrá un mayor protagonismo en las distintas fases del proceso.
Toda empresa que vaya a afrontar este desafío ha de conocer los siguientes aspectos. Estos son los consejos que damos:
1. Ten claro el target al que te dirigirás
En primer lugar, has de saber el target al que te vas a dirigir. No en vano, cuestiones como la interfaz o las funcionalidades variarán, y mucho. Hay que distinguir entre un target joven y millennial, un adulto o una persona de la tercera edad.
Lo cierto es que, sin saber a quién nos dirigimos, es casi imposible tener éxito en el desarrollo de la app. Y esto con independencia de que tengamos más o menos conocimientos. Al final, el objetivo es que una app se utilice, ya sea para monetizar (lo más frecuente) o para prestar un servicio público; si no se utiliza, hemos fracasado.
En este sentido, hacer una prospección, si aún no está bien definido, es necesario. Y esto tendrá mucho que ver con la viabilidad de la app, porque también se tendrá que analizar el volumen demográfico, nivel socioeconómico o género, además de la edad.
En consecuencia, tener unos conocimientos de marketing será decisivo para que puedas pasar a las siguientes fases. Es bueno que lo recuerdes.
2. Analiza las oportunidades y haz una propuesta de valor
Establecer cuáles son las oportunidades del mercado es, igualmente, esencial a la hora de definir el diseño de una app. Por ejemplo, deberías saber si lo que quieres lanzar existe y, en caso positivo, de qué manera.
¿Cuál es la razón? Básicamente, que debes presentar a tus clientes una propuesta de valor. Lo que se pretende, en definitiva, es aportar algo funcional, pero también diferencial y que dé motivos al usuario para que lo utilice. Este, pues, es el momento de encontrar nichos de mercado y decir cómo se va a responder a las necesidades que se presenten. En definitiva, tiene que quedar bien claro que compensa una app, y por distintas razones.
Es indudable que, en este punto, conviene contar con el feedback constante del cliente. Hay veces en las que esta cuestión está claramente definida, pero en otras se tiene que trabajar en conjunto.
3. Establece un Plan de Negocio y de Marketing
El Plan de Negocio o de Marketing desarrollará la propuesta de valor. Aquí ya no se trata solo de que digamos qué vamos a hacer y cómo, sino cuándo y qué resultados esperamos lograr. Por lo tanto, hay un trabajo de cálculos y cifras importantes.
Una vez más, la colaboración con el cliente es decisiva, porque nos puede aportar una información de valor. Ten presente que este punto es el que hace que sigamos una pauta fija de lo que esperar a largo plazo. Y, quieras que no, esto se nota llegados a un determinado punto. Eso sí, cuando se trata de las cuestiones de marketing, la empresa tendrá un mayor protagonismo en la decisión. No obstante, hay compañías de desarrollo tecnológico que también se encargarán de esta parte porque ofrecen servicios de consultoría.
Establecer unos plazos de cumplimiento, tanto en la ejecución como en los objetivos, es necesario para desarrollar un proyecto viable. Por lo tanto, es uno de los puntos que no se pueden obviar.
4. Antes de desarrollar una app, estudia el diseño que vas a implementar
El diseño de la app es central. En este sentido, tienes que estudiar, con la información que has recopilado antes, los siguientes puntos: la interfaz que se utilizará, los colores, las fuentes, iconos o pantallas. Todo esto necesitará una implementación determinada.
Y, para ello, es igualmente relevante que sepas qué herramienta de desarrollo se ajustará mejor. En este sentido, la idea es que elijas aquella que cumpla tus objetivos de la mejor manera posible. Existen apps más simples y que permiten aprovechar código, mientras que otras tienen más funcionalidades y complejidad, y pueden ayudar en un diseño personalizado. Sea como fuere, esta parte es esencial para que esté alineada con el target al que se quiere dirigir.
Si tienes dudas, puedes hacer dos propuestas preliminares y testarlas, siempre que no se desvirtúen los objetivos iniciales. Pero sí es un punto en el que la creatividad, junto con la técnica, son imprescindibles.
5. Delimita para qué sistemas operativos se utilizará
El sistema operativo es, hoy en día, una de las grandes limitaciones con que se encuentra una app. Y esto por dos razones: en muchos casos, hay que hacer un desarrollo específico para cada sistema operativo; y, además, según tu target o tu país, interesará más un sistema operativo u otro.
La disyuntiva, básicamente, es la de diseñar la app para Android, iOS o para ambos. En el primer caso, es compatible con la práctica totalidad de marcas del mercado. El segundo caso es de nicho y está concebido para los iPhone (Apple). Si bien Android es el sistema operativo más utilizado, en algunos países está a la par con iOS que, además, es predominante entre determinados grupos de clientes. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el iPhone es predominante entre el target de nivel socioeconómico medio-alto y alto.
Por todos estos motivos, cuando se defina el target y el Plan de Negocio, también tendremos que definir para qué sistema operativo va. Esta es una decisión técnica, pero también de mercado.
6. Planifica las actualizaciones
Una app tiene que contar con actualizaciones periódicas por varios motivos. En primer lugar, para solucionar los agujeros de seguridad que se puedan dar. El segundo motivo, no menos importante, es el de incluir nuevas funcionalidades u opciones. Y, algunas veces, incluso puede servir para mejorar el diseño, refinándolo o definiéndolo mejor a partir del feedback recibido en las primeras fases de despliegue.
En cualquier caso, lo habitual en una app que vaya a tener un cierto recorrido es que se actualice con periodicidad. Lo recomendable, para que cumplas bien tu función, es que establezcas un calendario realista de actualizaciones fijas. Esto, evidentemente, irá acompañado de un seguimiento periódico para comprobar el éxito del funcionamiento. Las empresas desarrolladoras de apps, en este supuesto, lo que hacen es contar con un servicio de soporte y actualización permanente.
La clave, pues, es que sepas planificar las actualizaciones para no quedarse atrás. No en vano, son una parte imprescindible para que una app tenga éxito.
7. Haz pruebas de funcionamiento previo
Las pruebas de funcionamiento con una muestra reducida sirven para ver si vamos por el buen camino. Y, en este sentido, las pruebas de testing A/B son muy útiles si quieres hacer dos versiones preliminares.
Si tienes tiempo y la inversión es elevada, estas pruebas de funcionamiento sirven para muchas cosas. Por un lado, para ver que la implementación técnica es la correcta bajo la perspectiva de los usuarios. También es una forma de comprobar, si nos dirigimos al target indicado, lo que es especialmente importante. Y, finalmente, te ayudará a ver cuál es el impacto de tu propuesta.
Llegados a este punto, hacer esta analítica es especialmente interesante para que la app cumpla las metas establecidas. Tenlo en cuenta y, sobre todo, asegúrate de que la muestra que utilizarás es representativa.
8. Dialoga de forma fluida para desarrollar una app con éxito
Comunicarse entre cliente y encargado de desarrollar puede parecer una obviedad, pero no lo es en absoluto. Primera, porque estos han de estar al tanto del proceso. Segunda, porque, en algunos casos, ellos pueden querer controlar las partes relacionadas con el marketing. Y tercera, porque se pueden presentar numerosas dudas que conviene aclarar para evitar malos entendidos.
La inversión a la hora de desarrollar una app implica tiempo y dinero. Y no generar falsas expectativas, o saber en cada momento qué nos vamos a encontrar es clave. Entender esto es clave desde ambas perspectivas. Y mantener una relación bidireccional en la que la comunicación sea fluida, correcta y frecuente, es conveniente. En consecuencia, es un tema que no se debe descuidar en ningún momento si quieres que el proceso vaya bien.
El éxito de una app pasa, muchas veces, por una comunicación clara desde el principio. De esta manera, se evitan problemas que cuestan tiempo y dinero.
En conclusión
Desarrollar una app requiere de unos conocimientos técnicos, pero también creativos y comerciales. Por esa razón, es fundamental que cuentes con profesionales multidisciplinares que puedan hacer esta tarea. En Fruntera te podemos ayudar a crear tu app desde cero, aconsejándote y haciendo realidad tu idea. ¡Llámanos para saber más!